domingo, 24 de mayo de 2015

1984, George Orwell [Lectura Conjunta]

1984 (Nineteen Eighty-four)

Autor: George Orwell

Editorial: Debolsillo

Precio: 7,95 € (Original, Casa del libro)

Valoración personal: 10/10 Imprescindible

Lectura en inglés: nivel Medio. Narración pausada que facilita la agilidad en la lectura, sin escenas de acción que resulten confusas ni un vocabulario complicado.

Sinopsis: En el año 1984 Londres es una ciudad lúgubre en la que la Policía del Pensamiento controla de forma asfixiante la vida de los ciudadanos. Winston Smith es un peón de este engranaje perverso, su cometido es reescribir la historia para adaptarla a lo que el Partido considera la versión oficial de los hechos... hasta que decide replantearse la verdad del sistema que los gobierna y somete.

Antes que nada, me gustaría daros las gracias a todos los que habéis participado en la Lectura Conjunta (¡que habéis sido muchos!), y sobretodo a Mar, que tuvo la idea original de organizarla entre las dos (sin ti no habría llegado a leer este libro hasta dentro de mucho tiempo). ¡Espero que esta sea sólo la primera de muchas otras iniciativas!

OPINIÓN PERSONAL

Como habréis supuesto por el ritmo tan bajo de publicaciones, Abril ha sido un mes bastante ajetreado para mí, hasta tal punto que en realidad sólo he leído un par de libros. Sin embargo, dado que uno de ellos ha sido 1984, no puedo decir que el mes me haya sabido a poco, porque ¡vaya libro! Ha sido mi primera lectura en inglés (si los que lo hayáis leído encontráis algún término raro, es porque lo he traducido al libre albedrío), por lo que lo he leído de forma bastante pausada, y me alegro: en este libro hay muchas cosas que procesar da igual en qué idioma lo leas, y hacerlo poco a poco me ha permitido pensar en él más de lo que lo habría hecho si, como es mi costumbre, me hubiera enganchado hasta devorarlo.

Reconozco que no tengo muy claro cómo hacer esta reseña, porque no me había leído siquiera la sinopsis del libro antes de empezarlo y descubrir la sociedad de 1984 sin saber nada del tema ha sido una experiencia fascinante, por lo que no quiero contaros demasiado.

Y es que 1984 no ha sido lo que me esperaba. Lo admito: esperaba un libro aburrido. Como es un clásico (y escrito hace bastante), tenía en la cabeza la imagen de otros tantos clásicos, que resultan algo aburridos por el lenguaje o simplemente porque apenas hay acción en el libro. Y, encima, leyéndolo en inglés. Pensé que me rendiría a las diez páginas, pero la primera semana estuve leyendo uno o dos capítulos al día y me enganché, de una forma en que no me había enganchado con ningún otro libro. ¿Por qué? Porque, aunque sólo leas un capítulo al día, o pases una semana sin abrir el libro, es imposible quitarse de la cabeza ésta novela

Aunque sea un clásico, no puede decirse que 1984 sea un libro aburrido. La narración es bastante pausada, sí (está narrado desde el punto de vista del protagonista, Winston, y es más importante lo que piensa que lo que hace), y la primera parte del libro no tiene mucha acción. Pero el mundo que retrata me ha resultado tan increíble que nada de eso me importó al principio, y cuando te acostumbras al marco de referencia es cuando comienzan a pasar cosas, por lo que ya es imposible aburrirse leyendo.

Dado que no hay introducción propiamente dicha, nos encontramos al principio de la novela con Winston, sentado en una esquina de su cuarto con un diario en blanco, y sabiendo que en el momento en que empiece a escribir algo en él, si le descubren será detenido. Partiendo de eso, en un principio todo resulta muy intrigante y, sí, un poco chocante. Porque Winston trabaja en el Ministerio de la Verdad, cuyo nombre ya nos suena extraño, y está preocupado por la Policía del Pensamiento (¿Cómo puede haber policías de pensamientos?, fue lo que me estuve preguntando tres días). Por no hablar de que está sentado en una esquina porque es el único ángulo de su cuarto donde la Telescreen (una televisión con cámara que controla todos los lugares, públicos o privados) no le puede observar.

Al principio, todo me resultaba chocante, y bastante inconcebible. De hecho, hubo un momento en que me pregunté si no estaría entendiendo mal algunas palabras, y me desubiqué totalmente cuando se dice que Winston vive en Londres, situado en Oceanía. Sin embargo, ésta desubicación es una de las cosas que después me han parecido más importantes del libro, porque de alguna manera juega con la introducción de todas esas cosas nuevas: de un vocabulario extraño, tan obvio que es confuso, de un país que no se llama como esperas y que te pierde geográficamente, de una forma de ver la vida que no sabes muy bien por dónde coger.

Y, después de sentirte perdido durante un par de capítulos, empiezas a entender cosas. Ahí fue cuando comenzaron a darme escalofríos. Porque no sólo todo se vuelve comprensible, sino, además, concebible. Parece absurdo, pero es imposible quitarse de la cabeza la sociedad de 1984, una sociedad controlada por el Gran Hermano, una figura glorificada por el Partido, la figura de un "hermano mayor" que todo lo puede y todo lo controla. Una sociedad donde la libertad ni siquiera es un concepto, porque la misma palabra ha sido eliminada. Una sociedad cuyo objetivo no es evolucionar, sino encontrar un estado estático de opresión en el cual nadie pueda concebir siquiera la idea de que exista la posibilidad de vivir de otra manera.

'Who controls the past controls the future; who controls the present controls the past.'

Creedme cuando os digo que sólo leerlo ya resulta aterrador. Aterrador por sus conceptos, aterrador por su lógica, y aterrador por la profunda sensación de que no se puede hacer nada, absolutamente nada, para derrocar un sistema que no existe, un sistema que se basa en el fanatismo ciego de todos y cada uno de sus habitantes. Un sistema donde el mero hecho de pensar es delito, donde puede existir -y estar aceptado- algo como el Crimen de Pensamiento.

No quiero decir demasiado, porque para mí descubrir cada una de las cosas que hacen que el mundo de 1984 sea como es ha sido toda una experiencia. He querido gritar, tirarme de los pelos y ponerme a razonar con alguien que no existe sobre lo absurdo, bárbaro y sencillamente inconcebible de una forma de pensar que se basa en la destrucción sistemática de todo lo que nos hace humanos. Me he sentido frustrada, realmente frustrada, por unos conceptos tan demoledores que chocan de frente y sin frenos contra todas las cosas en las que creo.

En cuanto a Winston, tengo que decir que me ha dejado asombrada. Un hombre de treinta y muchos que ha vivido su vida como el resto del mundo, que sabe lo que se juega y que ni quiere ni puede ser un héroe. Un hombre que recuerda, que piensa y razona, y que sabe que el mero hecho de hacerlo ya es un delito. A pesar de su aparente normalidad –el tipo de hombre que podrías cruzarte mil veces por la calle-, Winston es un personaje increíble: increíble por su forma de pensar, por lo que le gustaría que fuera la vida y por sus reflexiones. Increíble por mantener su humanidad en un mundo que ha perdido todo rastro de ella.

'Freedom is the freedom to say two plus two makes four'

George Orwell me ha roto el corazón en pedazos, me ha hecho sentir esperanza y desesperación en una misma frase. Me quedaría sola si tuviera que resaltar todas las frases de esta novela que se me han quedado dentro, y no acabaría jamás de explicaros cómo me ha hecho sentir, cómo ha conseguido que las sensaciones pasaran a través de las páginas, transmitir el fanatismo de los miembros del partido, la ciega indiferencia de los ciudadanos, todos y cada uno de los sentimientos de Winston, desde el amor más puro a la absoluta desesperanza. Y, por encima de todo lo demás, cómo consigue transmitir esa sensación constante, persistente y aterradora de que da igual con cuánta fuerza luches, ganar es imposible.


'I betrayed you'
'I betrayed you'

Por todo esto y mucho más, no puedo considerar este libro nada que no sea una auténtica obra de arte. Una novela que nos hace reflexionar, preguntarnos cómo y porqué, porqué, porqué. Sin ser un libro filosófico en su estilo (no es para nada pesado de leer), 1984 nos muestra una evolución de la humanidad que resulta demoledora, y que conseguirá que no podamos quitarnos este libro de la cabeza en mucho, mucho tiempo.



-Reseñas de la Lectura Conjunta-

Mar, de Libros and Stuff
Adella Brac, de Las palabras soñadas
Stephanie Roncal, de La estantería de cuentos
Luisa Fernanda, de Wings of a Butterfly
Miranda, de The happy blog
Freyja, de Librería Lunática


Y vosotros, ¿lo habéis leído? ¿Qué os ha parecido?

miércoles, 20 de mayo de 2015

El libro de las cosas perdidas, John Connolly

El libro de las cosas perdidas

Autor: John Connolly

Editorial: Oniro

Precio: 16,00 € (Original, Casa del libro)

Valoración personal: 8,5/10 Muy interesante.

Sinopsis: En su dormitorio del desván, David, un niño de doce años, llora la muerte de su madre. Está enfadado y solo, con la única compañía de los libros de sus estantes. Pero los libros han empezado a susurrarle en la oscuridad, y, mientras se refugia en los mitos y los cuentos que su madre tanto amaba, descubre que el mundo real y el mundo imaginario han empezado a mezclarse. Mientras la guerra se extiende por Europa, David aterriza de golpe en una tierra que es producto de su imaginación, pero aterradoramente real...

OPINIÓN PERSONAL

Si os digo la verdad, me encontré este libro por casualidad. Me había enterado de que goodreads tenía una lista de retellings y, con lo fanática de los cuentos que me estoy volviendo, tenía que ir a mirar. Hice una lista enorme -pero enorme, de verdad- de libros que me gustaría leer. Y en algún momento que no recuerdo, en mi lista se coló este libro.

No fue hasta que lo tuve en mis manos que me di cuenta que el autor era famoso por escribir novela negra, pero bueno, el libro iba sobre cuentos...así que a mí me dio igual. La verdad es que, tal y como empieza -un niño cuya madre se muere, y al que le gustan mucho los libros y se refugia en ellos de algún modo- me recordó un poco a la historia interminable, más psicológico que novela negra.

El libro está ambientado durante la segunda guerra mundial, en Londres. La madre de David acaba de morir, David escucha susurrar a los libros y, mientras la guerra se recrudece y se acerca poco a poco a la ciudad, su padre se casa con otra mujer y tiene otro hijo. Y David se refugia en sus historias, porque odia que haya alguien que sustituya a su madre en la vida de su padre, y odia tener un hermano que robe toda la atención que su padre antes le prestaba. Hasta que una noche, enfadado y solo, sale al jardín, donde los libros susurran más fuerte y sabe que hay un mundo esperándole al otro lado de la grieta del muro.

El mundo de los cuentos no es lo que había esperado. No hay niñas con capas rojas buscando flores para su abuelita, ni princesas esperando en lo alto de una torre, ni caballeros de brillante armadura que puedan rescatar a nadie. Es un mundo inhóspito y aterrador, lleno de cosas extrañas que no deberían estar ahí. Es, de alguna forma, un reflejo distorsionado de la mente de David: de sus miedos, de sus inseguridades. Porque al entrar en ese mundo, su sola presencia lo modifica.

No os voy a engañar, tiene un poco de novela negra: no se corta un pelo a la hora de matar personajes, aunque no haya muertes gratuitas sino que todas tienen un propósito, y se corta menos todavía describiendo las escenas sangrientas. Sin embargo, y aunque este tipo de libros no terminan de convencerme, El libro de las cosas perdidas me ha sorprendido muchísimo. Porque es una fantasía distorsionada, un mundo de cuentos donde nada es como debería haber sido.


'-Bueno, ¿y qué pasa con el felices para siempre?- preguntó el niño, vacilando un poco- ¿Qué quiere decir eso?
-Que te han comido deprisa -respondió el Hermano Número Uno.'

Igual soy yo, que me he vuelto una fanática de retorcer los clásicos, pero después de leer la versión del cuento de Caperucita ya sabía que no iba a poder soltar este libro. Porque no sólo es un libro sobre cuentos, ni sobre un mundo fantástico por el que un niño viaja hasta encontrar algo. Es un libro sobre madurar, sobre superar los miedos, sobre cómo avanzar sin dejar que nuestras inseguridades nos venzan. Y, creedme, para superar un miedo que se ha materializado en un monstruo espeluznante, hacen falta mucha fuerza y mucho valor.

David no es un niño típico. Las circunstancias de su vida le han hecho crecer antes de tiempo en algunos aspectos, y le han vuelto muy niño aún en otros. El mundo de fantasía al que llega, de alguna manera, es el reflejo de todo eso, y cuando uno se para a analizarlo desde lejos, se pueden ver las razones detrás de todos esos cuentos retorcidos: por qué las mujeres ocupan el papel de villanos (porque son representaciones de su madrastra, a la que odia), por qué los héroes que encuentra por su camino no son héroes en realidad (porque su padre, su héroe, le ha decepcionado de alguna manera).

Tanto los cuentos como el viaje de David son una superación, suponen un reto que lo hace cambiar, volverse más maduro y más responsable, más consciente de sí mismo. Cada paso del camino, cada personaje, le está ayudando en algo: a aceptar la muerte de su madre, a aceptar que tiene una nueva familia, una que podría quererle si les diera la oportunidad. Hay muchísima intención detrás de cada cuento, de cada cambio, lo que me ha gustado muchísimo.

El libro de las cosas perdidas no es un libro que se lea con facilidad. Tiene un comienzo pausado y un desarrollo rápido, y pasan muchas cosas que sabes que significan algo aunque se te escapa qué. El viaje de David a través de los cuentos es una auténtica joya de superación y, aunque el final del libro deja con un mal sabor de boca (no porque sea malo, en absoluto, sino porque te deja con una extraña sensación de tristeza), es una novela que recomiendo muchísimo a todos los que os gusten los libros con trasfondo.

Además, cabe destacar el apéndice final, donde el autor explica un poco el trasfondo de cada uno de los cuentos y cómo afectan éstos a David y la novela. No es necesario leerlo, pero si interesante conocer las razones del autor para incluir éstos cuentos, y cómo son importantes cada uno a su manera.

Y vosotros, ¿lo habéis leído? ¿Os ha gustado?
¿Habéis leído algún otro libro del autor?

viernes, 15 de mayo de 2015

Aquel libro que leí [Románticos Empedernidos]



¡Buenos días! Vengo de nuevo con la sección Aquel libro que leí, donde cada mes os recomiendo un libro que leí hace ya tiempo. Abril se lo dedicamos a los libros que nos hicieron soñar, y este mes de Mayo llega por fin la primavera (en España, al calor le ha costado llegar), y con tantas flores, sol y alegría, este mes no podía ser más que para el romance.

¿Cuál es el libro más romántico que habéis leído?

Confieso que soy una Romántica Empedernida. Ya me gustaban los libros juveniles con su toque romántico, y con 17 años me frustraba sobremanera que mi autora favorita de ésa época, Laura Gallego, sólo hubiera sido capaz de desarrollar romance en Memorias de Idhún. Y entonces descubrí el maravilloso mundo de la novela romántica, y desde entonces no hay mes que no caiga algún romance a mi estantería. En este caso, aquel libro que leí fue:


Caricias de hielo (Psi/Cambiantes III)

Autor: Nalini Singh

Año de publicación: 2011

Editorial: Plaza &  Janes

Sinopsis: Él, un psi adiestrado para no tener sentimientos; ella, una cambiante que cree haber perdido lo mejor de su naturaleza. Pero están destinados a encontrarse.
Cuando vivía entre los psi, Judd Lauren fue obligado a hacer cosas terribles contra su propia gente. Pertenecía a los Flecha, los soldados de élite encargados de los «trabajos de limpieza» que ordenaba el Consejo de los Psi. Cuando fue sentenciado, huyó y se refugió entre los que hasta entonces habían sido sus enemigos: el clan de los SnowDancer, mitad humanos, mitad lobos. Brenna Kincaid fue la cambiante raptada por el asesino en serie en La noche del cazador, perteneciente al clan SnowDancer. Ha podido recuperarse, pero sabe que ya no puede transformarse en lobo. Aunque el lado cambiante y sensual de Brenna se rebela contra la gélida personalidad de Judd, la caza de un nuevo asesino les acercará, incluso contra sus propios deseos.

Llevaba meses queriendo sacar este libro (la saga entera, en realidad) como recomendación, pero por unas o por otras siempre lo dejaba pasar. Sé que pensaréis que no hace tanto tiempo que lo leí (salió en España hace sólo 4 años), pero os voy a confesar que hice trampa: los originales en inglés son de alrededor de 2007, y antes de que la editorial española los empezase a traducir ya se habían hecho traducciones de fans, que fueron las que yo leí al principio (aunque después me he releído toda la saga hasta donde está publicada).

En realidad, podría recomendaros cualquiera de todos los libros de ésta saga, y a los que os guste la romántica paranormal, no os podéis perder a Nalini Singh. Pero, aunque toda la saga merece la pena tanto por la ambientación como por los personajes, Caricias de hielo me tiene personalmente enamorada desde que lo leí.

Como en muchas otras sagas de romántica los libros son independientes, y cada uno de ellos habla sobre una pareja. La historia de fondo, sin embargo, sí que tiene una continuidad que, aunque en los primeros libros no es muy marcada, se va haciendo compleja según avanzamos y adquiriendo una mayor importancia dentro de las historias que leemos. Personalmente, es una de las cosas que me encantan de esta saga: la complejidad de su historia de fondo, cómo va avanzando y cómo vas conociendo personajes y viéndolos interactuar: tanto los que salían en libros anteriores como los que saldrán en los siguientes.

También tengo que recomendarla por la ambientación, porque pese a ser una historia romántica, la autora ha creado un mundo increíblemente coherente. La saga parte de la idea de que, en algún momento del pasado, la humanidad se dividió en tres razas: los humanos (tal y como somos ahora), los cambiantes (con la capacidad de transformarse en animales) y los psi (con poderes mentales, y entrenados en el Silencio para no sentir nada). Las tres razas viven en un equilibrio muy precario, con todo el poder en la raza de los psi: más inteligentes y controlados que los demás. En el 2079, sin embargo, el mundo está empezando a cambiar, porque ni humanos ni cambiantes van a quedarse más en segundo plano.

Me parece interesantísimo como la autora, con un cambio tan relativamente simple como decir que los humanos somos tres razas, hace avanzar el mundo. Cómo desarrolla tres razas diferentes de verdad, con sus estilos de vida y formas de pensar. Cómo hace que el mundo sea reconocible -pues, en teoría, avanza tal cual lo está haciendo el nuestro-, pero están esos pequeños detalles que lo diferencian de ser una ambientación actual tal cual: los avances en tecnología, en las formas de energía (el petróleo ya se ha acabado), e incluso en las viviendas de las diferentes razas. Todo es tal cual podría ser nuestro mundo dentro de 50 años, pero un poquito diferente, porque no es el nuestro sino el de esas tres razas.

¿Por qué, de entre toda la saga, he escogido éste libro para recomendaros? Porque es, sin duda alguna, mi favorito, y la culpa de eso lo tienen los personajes. Tengo que reconocer que tengo una notable debilidad por lo que podríamos llamar "protagonistas torturados". Vamos, parejas que parecen abocadas al fracaso, personas que han sufrido traumas y hombres que tienen miedo a enamorarse. Pues Caricias de hielo lo tiene todo, y además bien llevado, con unos protagonistas increíbles.

Brenna es una cambiante loba que ha pasado por la experiencia más traumática de su vida: ser torturada y psicológicamente violada por un poderoso psi. Su familia consiguió rescatarla a tiempo, y Brenna sobrevive. Es una mujer fuerte, independiente, que conoce sus miedos y lucha con todas sus fuerzas por superarlos. Alguien que ha sufrido lo indecible y, aún así, es capaz de ponerse de pie y luchar con uñas y dientes por recuperar su vida.

Judd es un psi desertor, un antiguo miembro del cuerpo de asesinos de élite de los psi, con un poder capaz de matar a alguien en un instante. Está entrenado para ser un asesino silencioso y despiadado, con sus sentimientos encerrados bajo el muro de hielo del Silencio. Cualquier rotura en ese muro podría suponer que sus poderes se descontrolaran, y Judd nunca había pensado que pudiese sentir nada hasta que Brenna, con toda su fuerza, su vitalidad y sus ansias de sentir, entra en su vida y empieza a hacer resquebrajarse su armadura de hielo.

En conjunto, son una pareja increíble, ambos personas fuertes, independientes. Me gusta que Brenna no sea alguien roto a quien Judd arregla, sino que es ella misma quien sale adelante, con algo de ayuda de su familia, de su clan, y sí, de Judd. También me gusta, para qué negarlo, que sea ella la que va tras él (en contra de lo típico que sucede en las historias de romance, que es el chico quien se lanza). Y sí, adoro la forma en que Judd intenta resistirse aunque se siente más y más atraído por ella a cada instante.

Es una historia de amor preciosa, de las que no se ven muy a menudo, con unos protagonistas con mucho carácter y personalidades fuertes, que son capaces de hacer lo que sea por quienes les importan. Es imposible acabar Caricias de hielo sin haberse enamorado de Brenna y Judd.

Y vosotros, ¿habéis leído este libro? ¿Y algún otro de la saga?

domingo, 10 de mayo de 2015

El ladrón. Cap 4. I [Historias con Limón]

El ladrón
Capítulo 1. Cosas de brujas >I< >II< >III<
Capítulo 2. Enlazados >I< >II<
Capítulo 3. Chesire >I< >II< >III<

4.
La Cacería

Hunter era uno de los cazadores con más renombre de toda la cosa Este. No se llamaba Hunter, en realidad, pero toda su fama se había creado alrededor de ese nombre ficticio. Era un cazador en todo el amplio sentido de la palabra; sólo que sus presas eran humanas. 

Era experto en seguir pistas, en acechar y en perseguir. También tenía contactos hasta debajo de las piedras, y aunque el ladrón había demostrado ser un tipo astuto –Hunter no entendía aún cómo había llegado hasta Francia sin hacer saltar ninguna de sus alarmas-, había cometido un tremendo error al volver a los Estados Unidos en avión. 

El cazador no había tenido nada personal en contra de Chess antes de empezar la cacería. Pero llevaba ya siete meses persiguiéndole, y le había costado seis encontrarle antes de que se esfumara de nuevo. Había tenido sólo dos oportunidades para acabar con él, y en ambas había fallado. Hunter no había dejado escapar jamás una presa, y que el ladrón huyera había multiplicado por diez su determinación...y convertido el asunto en algo personal. 

Cuando era personal, Hunter se volvía descuidado. 

De no haber sido así, se lo habría pensado bien antes de seguirle la tercera vez que lo encontró. Llegó al aeropuerto con tiempo de sobra para verle bajar del avión; y se había encontrado con que volvía acompañado. Hunter pensaba que el ladrón y su amiguita se quedarían en el ático del centro al que los había visto subir, pero apenas estuvieron unos minutos antes de bajar de nuevo. 

El coche que habían cogido era un último modelo, y según la matrícula pertenecía a un tal Raymond Cooper, que iba a llevarse una desagradable sorpresa cuando saliese de su reunión. Cómo lo había hecho el ladrón para robar el coche era algo que no conseguía explicarse, porque no había habido un solo movimiento sospechoso cuando lo abrió y se subió al asiento del conductor. 

Seguirles había sido un impulso, y Hunter se había visto obligado a robar otro coche para no perderles. Podría haber puesto un localizador; y si estuviese pensado fríamente lo habría hecho, pero se subió al primer coche que encontró y pirateó el sistema para que reconociese sus huellas como las del propietario. 

Disparar, sin embargo, no había sido una gran idea. El instinto de cualquier ser humano cuando pinchaba una rueda era frenar. Hunter contaba con ello cuando se asomó por la ventanilla del conductor y reventó la rueda trasera del deportivo. Lo personal le volvía descuidado, pero no estúpido, y la carretera estaba prácticamente vacía. Había contado con que el ladrón frenaría, y él pararía su coche como si pretendiese ayudarles. Quizá ni siquiera le haría falta bajarse, con un disparo certero de lejos el asunto estaría liquidado. 

Pero jamás se le habría pasado por la cabeza que ese estúpido aceleraría. 

Así que ahora se encontraba acuclillado en la carretera principal de un barrio de las afueras, con la policía acercándose para acordonar la zona y observando lo que quedaba del precioso deportivo rojo; aunque de sus ocupantes no había ni rastro. 

∞·∞

Si el reloj de la mesilla estaba en lo cierto, Nana tenía una laguna de ocho horas. Y debía estarlo, porque la luz que entraba por las cortinas era tenue y artificial. No se escuchaba un solo ruido a su alrededor, por lo que el tic-tac del pequeño despertador parecía atronador. 

Desde que aprendió a controlar sus poderes, Nana sólo se había sentido débil en dos ocasiones. La primera, por estúpida, y la segunda por no saber dónde estaban sus límites. Suponía que era justo que la tercera vez en su vida que su poder la drenaba hubiera sido para salvarle la vida. 

Lo último que la bruja recordaba eran los ojos de Chess. Sabía que había hecho un escudo instintivo, y también que eso había agotado todas sus energías, volviendo el mundo un lugar confuso y sus pensamientos una maraña. Sin embargo, tenía grabado el accidente en las retinas. A una parte de ella le habría gustado levantarse y convertir al ladrón en algún tipo de alimaña asquerosa, por conducir como un psicópata y hacer que se estrellasen –y que los dispararan-. Por robar su bola de cristal. 

Pero la verdad era que Nana apenas podía moverse. Aunque ocho horas de sueño bastaban para recuperar la consciencia, no eran ni por asomo suficientes para que una bruja recuperara sus poderes. O el control de su cuerpo. Así que ahora era total y absolutamente vulnerable, como nunca en su vida lo había sido. 

Se sentía sorda, y completamente ciega aunque era capaz de percibir el rosa apagado de las paredes de la habitación. Perder el poder dentro de ella era como carecer de una extremidad, y hasta el mundo parecía diferente. La rabia por sentirse débil e impotente se acumuló en su pecho, pero ni siquiera tenía fuerzas para retenerla, así que se contentó con gruñir e intentar incorporarse. Una bruja no daba muestras de debilidad. 

—¿Nana? 

Chess. Oírle le dio ganas de gritar, maldecir o hacer volar por los aires ese estúpido reloj que no paraba de sonar -¿quién en su sano juicio seguiría teniendo relojes analógicos en este siglo?-. De entre todas las personas del mundo, tenía que ser el ladrón el que estaba allí viéndola completamente exhausta, con los músculos pesados, la mente espesa y las emociones revueltas en su interior. 

—¿Qué tal la siesta, encanto? 

—Vete al infierno. —Gruñó, y se aferró a la irritación para encontrar unas fuerzas que no tenía. Al menos podía confiar en Chess para hacerla enfadar. 

Por fin apareció en su campo de visión, y le vio sonreír, con esa sonrisita estúpida. Tenía los ojos antinaturalmente azules, pensó, aunque el pensamiento se perdió entre el caos de flashes sobre el accidente. En lugar de gritar, concentró sus fuerzas en terminar de incorporarse. 

—Por si te interesa saberlo, estamos en Sweet Love, un encantador hostal de aire retro que ofrece un lujoso catálogo de suites para recién casados. 

—¿Quién demonios llama a un hostal Sweet Love?— gruñó. De nuevo. Unos días más con el ladrón y acabaría saliéndole perfecto, eso de los gruñidos. 

—El mismo que decidió que el estampado de corazones era romántico, supongo. Al menos tiene sentido del humor. 

—Porque sin duda tiene mucha gracia estar en un hostal para enamorados después de salir volando en un deportivo. ¿Sabes que seguramente has destrozado las estadísticas sobre accidentes de último siglo? 

Volvió a escuchar su risa, esta vez más suave. Se relajó sólo un poco, mirando alrededor. La habitación estaba pintada en un tono rosa pastel, y contaba con un escritorio de madera y una puerta blanca estampada con corazones. Tenía el aspecto de una suite nupcial cutre de un hotel de carretera aún más cutre. El tipo de sitio que podía, de hecho, llamarse Sweet Love. 

Maravilloso.

miércoles, 6 de mayo de 2015

Cadena de Libros #29. Tema libre




Esta semana me he vuelto a animar con la iniciativa del Blog Estantería Compartida, consistente en una cadena de recomendaciones de libros basadas en un tema (clicando en la imagen os llevará al blog, donde podéis apuntaros). En esta ocasión, la 29ª Cadena de Libros es de tema libre.

Las recomendaciones de las autoras del blog son En busca de Sky de Joss Stirling Esta canción salvará tu vida de Leila Sales.


La verdad es que creo que recomendar sin un tema concreto es casi más difícil, porque al menos yo quiero recomendaros todos los libros que me han gustado en la vida, pero en este caso me conformaré con el último de ellos que he leído. Mi recomendación es:



Como en una montaña rusa 
Susan Elizabeth Phillips

No sé si alguna vez os he hablado de esta autora, pero para mí es uno de los referentes de la literatura romántica contemporánea. Tiene muchas, muchísimas novelas, sí, pero es difícil que encuentres dos iguales, y cada uno de sus protagonistas es único en su complejidad.

Como en una montaña rusa nos cuenta de historia de Honey, una chica obstinada, un poco mandona, que ha vivido toda su vida cuidando de lo que queda de su familia y del parque de atracciones donde viven. Sin embargo, el parque se está viniendo abajo, no hay forma de pagar las facturas y la única manera de salir a flote es convencer a su reticente prima Chantal de que haga una audición para actriz...audición que no sale como habían esperado, pues es Honey quien consigue el papel.

Para aquellos que os gusten las historias complejas, donde los protagonistas maduran y evolucionan, sin duda ésta es una novela para vosotros. No es la clásica historia de amor, y desde luego no son los típicos protagonistas. No es una historia que dure un mes, sino un relato de madurez, de evolución, de cómo una niña se convierte en una mujer.

La novela me ha encantado, y no sólo por Honey. Ya había leído novelas de esta autora antes, y siempre me encantó cómo profundiza en los personajes, cómo lo que parece que va a ser la historia de amor clásica da un giro para explicarte como los protagonistas llegan a ser quienes son. Porque sí, es una historia de amor, pero también una historia de superación, de enmendar tus errores, de crecer y de madurar. Y del amor, sí, del amor en todas sus facetas.

La novela me ha encantado, el estilo de la autora es inmejorable -me encanta la forma en que escribe, lo reconozco- y la ambientación en el Hollywood de los 80 nos hace viajar a un pasado que conocemos de películas más viejas que nosotros, pero que no por ello se hace menos encantador.

¿Habéis leído el libro? ¿Y algún otro de la autora?
¿Os parece interesante?

lunes, 4 de mayo de 2015

Perfect book #7


Una semana más, las chicas de Estantería Compartida nos traen otra pregunta para ayudarnos a definir nuestro Perfect book (¿no sabes lo que es? Pincha aquí y entérate).

Esta vez dejamos las cosas generales para ir a algo muy específico (y está bien porque ¡ni siquiera había pensado aún en ello!)


7º Pregunta - ¿Como son tus protagonistas psicológicamente?


Un resumen rápido: mi perfect book va a estar protagonizado por un espíritu (no un alma de una persona, sino un ente espiritual propio), y se desarrollará en un futuro utópico donde la humanidad ha conseguido mantener el mundo en buen estado. La acción se situará mayormente en una Universidad, en el departamento de Biología, y los protagonistas humanos serán científicos. [Aquí el resto de respuestas]

Mi respuesta: Esta respuesta empieza a tener su miga, porque aunque mi espíritu no tiene cuerpo, sí que tiene personalidad. Y diréis: ¿cómo demonios un conjunto de micropartículas enlazadas va a tener personalidad? Porque, en resumen, esto que yo he estado llamando espíritu es, en realidad, un alma. No el alma de alguien, sino un alma nueva, una que carece de cuerpo porque ha sido "arrancada" del tejido, y por tanto tiene entidad propia pero no un cuerpo que la sostenga. Mi alma es un experimento que no salió del todo como los científicos habían esperado, y como ente individual, puede desarrollar una personalidad. ¿Cómo es? Pues, en resumen, como lo sería un niño, pues al fin y al cabo es en cierto sentido una recién nacida. Es curiosa, se "mueve" por impulsos e instintos, caprichosa en ciertos aspectos, pero sin un sólo ápice de maldad. Mi alma irá creciendo y se irá desarrollando conforme avance la novela, por lo que su personalidad irá madurando y haciéndose más compleja.

Por otro lado, tenemos a mi otro protagonista -Dan, el científico que descubre la existencia de las "partículas del alma" y el que desarrolla el experimento que arrancará a nuestro Alma del tejido-. Como ya os adelanté en la entrada anterior sobre la descripción física, Dan es superdotado. Tiene treinta y cuatro años y una parte de él sigue sigue siendo el niño curioso que quería saber a toda costa por qué la gente podía ser mala. Sus padres murieron asesinados cuando él tenía seis años, y se crió con sus tíos, que no tenían hijos y, aunque le apoyaban, nunca pudieron entenderle del todo. Tras la muerte de sus padres, Dan se obsesionó con el alma, hasta tal punto que toda su vida se ha regido por la meta de averiguar qué es. Es una persona cabezota, perseverante y muy, muy inteligente, pero como niño prodigio, siempre ha estado muy protegido. Además, siempre ha sido franco, abierto y despistado, y al ser siempre mucho menor que todos sus compañeros -se graduó con quince años- se ha perdido muchas de las experiencias que habría tenido de haberse relacionado con gente de su edad. Es un auténtico desastre para el romance, tiene una forma de pensar muy lógica y odia el desorden -hasta tal punto que en el laboratorio ha llegado a perseguir a algunos de sus compañeros colocando sus notas-. A pesar de su inteligencia y de la madurez propia de su edad en temas científicos, la verdad es que Dan sigue siendo como un adolescente sentimentalmente hablando: un tanto inseguro, demasiado apegado a las personas que conoce, e incapaz de dejar marchar a alguien que quiere.


¿Qué os parece mi respuesta?
¿Cómo sería la personalidad de los protagonistas de vuestro Perfect book?

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