domingo, 26 de abril de 2015

Book-tag: Princesas Disney


Como veis, hoy me animo con un book-tag, y es que no podía ser de otra forma cuando las chicas de Librería Lunática se animaron a crear uno con las princesas de Disney. Llevo queriendo hacerlo desde que lo vi, pero ¡no era capaz de decidir cuáles eran mis princesas favoritas! Y después de encontrarlas, me ha costado encontrar los personajes que más me pudieran recordar a ellas.

Caperucita Roja
(sí, lo sé, no es una princesa ni es de Disney, pero es que me encanta el cuento)

¿Por qué Caperucita? Porque hay muchas formas de aplicar el cuento, y cada cual mejor que la anterior. Me ha resultado difícil elegir una Caperucita, porque he visto muchas adaptaciones del cuento que me han marcado (en Into the woods, en Once upon a time, y no puedo dejar de mencionar a Scarlett, de Marissa Meyer) pero después de darle vueltas, creo que mi caperucita es Kitty, la menor de las chicas Song (de A todos los chicos de los que me enamoré). Porque es una chica independiente, alegre, testaruda y temeraria. Porque tiene un encanto irresistible y es quizá un poquito manipuladora. Porque, si atravesase el bosque y se encontrase un lobo, seguramente se lo merendaría. O lo cogería como mascota.

Mulán
(que tampoco es princesa, pero no podía hacer esta lista sin ella)

Os tengo que confesar que Mulán ha sido siempre una de mis películas Disney favoritas. Después de tanta damisela en apuros, tener a una auténtica guerrera era maravilloso. Mulán era valiente, atrevida e ingeniosa, y estaba dispuesta a sacrificarse para salvar a su familia. (Y tenía un dragón. ¡Un dragón! ¿Quién no mataría por un dragón aunque sea pequeñito?). La admiraba muchísimo, y la verdad es que me ha costado encontrar un personaje que me recuerde a ella, aunque creo que sería Penryn, de Ángeles Caídos. Porque es una luchadora en tiempos difíciles, y aunque a veces las situaciones la superan siempre consigue salir adelante.

Bella
(porque no podía faltar una amante de los libros)

Aquí tengo que reconoceros que, de pequeña, La bella y la bestia no me gustaba nada. El viaje del padre, los lobos, el castillo...la verdad es que me daban bastante miedo. Por no hablar de la bestia en sus momentos difíciles. Sin embargo, ahora de mayor es uno de mis cuentos favoritos, porque me encanta el fondo de la historia ("la belleza está en el interior") y porque adoro la fortaleza de Bella. Y por eso para mí no puede ser otra que Hermione Granger, que también ama los libros y las responsabilidades, y que es capaz de estar ahí hasta el final, cueste lo que cueste. Porque aunque no sea fuerte a la manera típica, tiene un carácter decidido y valiente.

Anna
(y, para que veáis, esta es princesa por derecho propio, y no por casarse con el príncipe azul)

Esta es una princesa muy reciente, pero no he podido evitarlo. Anna es apasionada, divertida y torpe, y a pesar de todas las cosas que salen mal y lo negro que parezca el asunto, nunca, jamás se rinde. Tal vez por eso me recuerda un poco a Gwendolyn Sheperd, de Amor más allá del tiempo. Porque ambas son dos chicas de lo más normales, un poco torpes, para las que lo importante es la intención, y seguir haciendo lo correcto les cueste lo que les cueste.

Mi más odiada

Aurora
(porque debería despertarse para partirle la cara a Maléfica sin necesidad de príncipe)

Aunque después de ver la película de Maléfica no odio tanto a Aurora, la princesa que vi en la película Disney me ponía (y sigue poniendo) de los nervios. Mucha belleza y bonita voz, pero alguien debería haberle dado a la muchacha dos dedos de frente (y, ya de paso, también a la familia). Por eso, mi bella durmiente es Anastasia, de 50 Sombras de Grey, porque más le valdría haberse quedado durmiendo durante todo el libro.


Y eso es todo. ¿Os ha gustado?
¿Cuáles son vuestras princesas favoritas? ¿Y las menos?

lunes, 20 de abril de 2015

Perfect book #6


Una semana más, las chicas de Estantería Compartida nos traen otra pregunta para ayudarnos a definir nuestro Perfect book (¿no sabes lo que es? Pincha aquí y entérate).

Esta vez dejamos las cosas generales para ir a algo muy específico (y está bien porque ¡ni siquiera había pensado aún en ello!)


6º Pregunta - ¿Como son tus protagonistas?


(Físicamente - Próximamente Psicologicamente)



Un resumen rápido: mi perfect book va a estar protagonizado por un espíritu (no un alma de una persona, sino un ente espiritual propio), y se desarrollará en un futuro utópico donde la humanidad ha conseguido mantener el mundo en buen estado. La acción se situará mayormente en una Universidad, en el departamento de Biología, y los protagonistas humanos serán científicos.

Mi respuesta: En esta ocasión, tengo dos. Por un lado, mi espíritu, obviamente, no tiene descripción física, pero para concretar un poco os voy a decir lo que es: un conjunto de micropartículas de escala atómica enlazadas mediante energía, que en los seres vivos están fusionadas con las células del cuerpo y, al morir, pasan a formar parte del aire en una especie de "tejido". Por motivos que explicaré más adelante, nuestros científicos consiguen seccionar parte de ese tejido, conformando un nuevo "alma" o "espíritu" que está separado del tejido general pero no se ha adherido a ningún organismo vivo. [Si hay alguien por aquí que sepa algo de biología y cree que lo que estoy diciendo es la burrada más grande de la historia, acepto cualquier crítica, que estoy intentando que sea lo más científico posible dentro del hecho obvio de que es una invención].

Por supuesto, me resultaría complicado hacer una historia sólo con mi alma (que no tiene género, ni siquiera "voz"), por lo que habrá otro protagonista: la persona que descubre la existencia de las partículas del alma. Se llama Dan Sorensen, tiene treinta y cuatro años y es superdotado. Físicamente, tiene el cuerpo que se esperaría de alguien obsesionado con su trabajo: le sobran algunos kilos, pero están bien repartidos. Es un hombre alto, alrededor de 1,80 m, y tiene una figura atractiva a pesar (o precisamente gracias a) sus kilos de más. También es el amor platónico de media Universidad, porque aunque no es un Adonis, es con mucho el profesor más joven y guapo que hay. Tiene los ojos azules y el pelo corto y castaño, y no hay nada que físicamente destaque en él.

¿Y vosotros? ¿Cómo sería físicamente vuestro protagonista ideal?

miércoles, 15 de abril de 2015

Aquel libro que leí: [y me hizo soñar]



¡Buenos días! Vengo de nuevo con la sección Aquel libro que leí, donde cada mes os recomiendo un libro que leí hace ya tiempo. El mes pasado lo dedicamos a los libros que leímos aunque no nos apetecía y acabaron enganchándonos. Y este mes van por ahí los tiros, porque, ¿nunca os ha pasado que tenéis que dejar un libro a la mitad para iros a dormir, y estáis tan enganchados de hasta soñáis con la historia?

¿Cuál es ese libro que os hizo soñar con él?

Este os va a sorprender, porque aunque me he obsesionado con muchos argumentos en mi vida y he soñado con muchos libros, el primer libro que me hizo pasar la noche en vela soñándome en su historia fue:


Eragon (El Legado I)

Autor: Chistopher Paolini

Año de publicación: 2003

Editorial: Roca Editorial

Sinopsis: En el reino legendario de Alagaësia la guerra se está gestando. Los Jinetes protectores de la paz del Imperio y los únicos capaces de controlar a los inteligentes dragones, se han extinguido o han pasado a formar parte de las tropas del malvado rey Galbatorix. Los elfos hace tiempo que se han exiliado a un lugar oculto y los vardenos, un grupo disidente, se ocultan en ciudades protegidas. Cuando Eragon, un joven de 15 años que vive en una pequeña aldea, se encuentra con una piedra preciosa en medio del bosque a donde ha ido a cazar, poco se espera que ese suceso vaya a cambiar su vida y el destino de Alagaësia. Lo único que desea es venderla para así asegurar la subsistencia de su familia durante el duro invierno. Sin embargo, una noche la gema se rompe y lo que sale de ella lo llevará a un viaje que lo convertirá en héroe. ¿Podrá Eragon tomar la responsabilidad de los legendarios jinetes de dragones? La esperanza del Imperio descansa en sus manos...

¿Sorprendidos de mi elección? Os voy a confesar que ésto no me pasó con ninguno de los siguientes libros de la saga, porque aunque son cuatro, prácticamente he olvidado lo que sucede en los tres restantes -porque tanto los argumentos como los personajes dejaron de convencerme a partir de la mitad del segundo libro, más o menos-.

Sin embargo, leí Eragon con trece o catorce años, cuando acababa de descubrir mi pasión por la fantasía, y la mezcla de fantasía, magia y aventuras que hay en el libro me fascinaban. De hecho, Eragon sigue gustándome mucho, porque tiene la dosis perfecta de emoción e intriga para que sea difícil soltar sus páginas, aunque está orientado a un público más juvenil.

¿Os lo recomiendo? Sí, muchísimo, sobretodo si sois como yo y seguís teniendo el alma de un niño con ganas de aventuras. Si os apasionan las criaturas míticas, los engendros de pesadilla, viajar a través de todo un mundo para escapar de peligros que apenas se comprenden. Si sois de esos a los que los cuentos de toda la vida os siguen enamorando, aunque sepáis de sobra por dónde van los tiros y haya cosas que son predecibles.

Me gustó mucho el protagonista, porque es un chaval, un chico normal y corriente que siempre ha llevado en la sangre esas ganas de salir al mundo. También se agradece que sea cazador, lo que explica que tenga unos conocimientos básicos de supervivencia y sepa defenderse. De igual manera, me gusta mucho que pueda cometer errores, que a veces sea obcecado, o egoísta, o demasiado bueno. Le da mucho realismo al personaje, y hace que las relaciones con las personas de su entorno parezcan mucho más reales.

Además, su relación con la dragona Saphira me apreció muy interesante -y Saphira, en sí misma, también es un personaje fantástico-. Nunca me había planteado la relación de alguien con un dragón, pero me encantó la forma de ser de Saphira y cómo se va estrechando su vínculo con Eragon, cómo de alguna manera se complementan y crecen juntos. Me encantó Murtagh, su halo de misterio y su forma de ser, y también -y por encima de todo- Brom, el cuentacuentos (o no tan cuentacuentos).

También, como ya he dicho, el argumento es bueno, aunque algunas cosas sean predecibles en él. Sabes que la gema es un huevo de dragón, obviamente. Y, aunque algunas de las cosas que suceden en el viaje son de esperar (alguien tenía que perseguirlos o esto no sería un viaje como debe), lo cierto es que es un libro muy rápido de leer, porque engancha el querer saber qué sucede a continuación, por dónde van a tirar o si harán esto o aquello.

Ahora, por desgracia, tengo que confesar que su continuación, Eldest, no terminó de convencerme. Una parte me gustó, sí, pero luego me dio la sensación de que lo mejor que había en Eragon -el viaje y el crecimiento que éste aportaba a nuestro protagonista-, se pierde en los siguientes libros. De pronto Eragon puede hacer muchas cosas por arte de magia. De hecho, lo mejor del segundo libro es el viaje de su primo Roran (y no diré más al respecto).

El tercer y cuarto libros los tengo un poco más borrosos -éstos no los he releído, también porque se publicaron bastante más tarde que los primeros-, así que no puedo daros una opinión muy fiable de ellos, salvo que me parecieron menos interesantes.

Y, por favor, si estáis pensando leer el libro....NO veáis la película. Es una de las peores adaptaciones que he visto en mi vida.

¿Y vosotros? ¿Habéis leído el libro, o la saga?
¿Qué libro es el primero que os hizo soñar con él?

jueves, 9 de abril de 2015

Cadena de Libros #27. No-tópicos



Esta semana me he vuelto a animar con la iniciativa del Blog Estantería Compartida, consistente en una cadena de recomendaciones de libros basadas en un tema (clicando en la imagen os llevará al blog, donde podéis apuntaros). En esta ocasión, la 27ª Cadena de Libros trata sobre recomendaciones de libros donde haya algún elemento que destaque y se salga de los tópicos.

Las recomendaciones de las autoras del blog son Rebel Belle de Rachel Hawkins Kaleidoscope Hearts (me encanta el título, por cierto) de Claire Contreras.


Al principio pensé que no iba a encontrar un libro que se saliera lo bastante de los tópicos, pero entonces caí (y me pregunté por qué no me había acordado antes de este libro). Mi recomendación es:


Ángeles caídos (El fin de los tiempos I)
Susan Ee

[Reseña AQUÍ]

Creo que la mayoría habéis leído este libro, y los que no lo hayáis hecho ¡ya estáis tardando! En cualquier caso, seguro que muchos habéis como mínimo oído hablar de Ángeles caídos, por lo que no os sorprenderá que os diga que es el mejor libro post-apocalíptico que he leído.

Y es que no sabría elegir uno de entre todos los elementos impresionantes que hay en esta novela. Podría empezar hablando de Penryn, la protagonista, una chica de 17 años que ha visto el mundo desmoronarse a su alrededor (literalmente) cuando los ángeles bajaron del cielo y se desató el apocalipsis. Una chica que siempre ha cuidado de una hermana paralítica y una madre con problemas psicológicos, y que continúa haciéndolo a pesar de tenerlo todo en su contra.

Podría continuar por la increíble ambientación post-apocalíptica, donde cada cosa me sorprendía más que la anterior, y donde eres capaz de reconocer el mundo a pesar de que parezca un lugar completamente diferente al que conocemos. También podría hablaros de Raffe, pero en serio, es mucho mejor que conozcáis a Raffe por vosotros mismos. Merece la pena.

Y podría terminar con la historia, que tiene tantos giros -esperados e inesperados- que nunca sabes qué vas a encontrarte cuando pasas una página. Y el final. Ése final. En serio, deberíais leer el libro sólo por ese final. ¿Y lo mejor? La segunda parte se publica en español este mismo mes.

Y después de esto, espero haber conseguido que os pique el gusanillo a los que no estuvierais muy convencidos o no hubierais oído hablar de este libro.

martes, 7 de abril de 2015

Amor con amor se paga, Sarah MacLean



Amor con amor se paga (El club de los sinvergüenzas II)

Autor: Sarah MacLean.


Orden de lectura: Un canallasiempre es un canalla / Amor con amor se paga / Ningún buen duque queda impune / ¿?

Sinopsis: Lady Philippa Marbury es... excéntrica 
A la brillante y miope cuarta hija del marqués de Needham y Dolby le interesan más los libros que los bailes, la ciencia que la temporada y los laboratorios que el amor. Está deseando casarse con su sencillo prometido y pasar tranquilamente el resto de la vida con sus perros y sus experimentos científicos. Pero antes de eso, Pippa tiene dos semanas para experimentar todo lo demás... catorce días para investigar las partes excitantes de la vida. No es mucho tiempo, y para hacerlo bien necesita un guía familiarizado con los rincones más oscuros de Londres. Ella necesita... un Sinvergüenza. 
Necesita a Cross. Como cualquier buen científico, Pippa ha investigado y la reputación del socio inteligente y controlado de la casa de juego más exclusiva de Londres, le hace perfecto para su plan. Pero las reputaciones a menudo ocultan los secretos más oscuros y cuando la poco convencional Pippa le hace atrevidas proposiciones buscando ciencia sin emoción, éstas resultan muy tentadoras... pero el sinvergüenza es más de lo que parece y le tomará cada gramo de su fuerza de voluntad resistirse a darle a la dama más de lo que ella algún jamás imaginó.

Lo mejor

La relación entre los personajes. Phillipa es una mujer de lo más peculiar, curiosa y científica, y me encanta su forma de enfrentarse a las situaciones inesperadas. Y Cross, con ese aire un poco misterioso y su insistencia por ser un caballero incluso cuando se muere de ganas de besar a Pippa…La verdad es que su relación me ha gustado mucho, y su forma de ser por separado, también. Además de que tener de secundarios a los otros propietarios del club e irlos conociendo mejor para los siguientes libros es agradable.

Lo peor

Cross, al final, se vuelve muy, muy pesado. Incluso aunque me gusta ese aire suyo de hombre atormentado que lo hace todo por su familia, me habría gustado que su cambio fuese gradual, como daba la sensación de que iba a ser. Sin embargo, cambia en las últimas páginas, lo que parece poco creíble. Y, dada su historia, me falla su preocupación por su hermana, que desaparece de plano en cuanto Pippa se vuelve parte de la “amenaza”. Me habría gustado una reconciliación entre hermanos, o al menos me falta esa historia final. Es como si Pippa, ella sola, lo resolviera todo con sólo quererle, y creo que Cross necesitaba más a su hermana que ninguna otra cosa, porque esa parte queda ahí en el aire sin más.

Valoración final

Aunque los personajes me han gustado mucho, y la historia también, el final no me ha convencido del todo, ya que debería haber incluido más cosas a parte de un cierre para la historia de amor (y, además, uno un tanto precipitado).


7,5/10


¿Habéis leído el libro? ¿O algún otro de la autora? ¿Qué os han parecido?

domingo, 5 de abril de 2015

El ladrón. Cap 3. III [Historias con Limón]

El ladrón
Capítulo 1. Cosas de brujas >I< >II< >III<
Capítulo 2. Enlazados >I< >II<
Capítulo 3. Chesire >I< >II<



No se había fijado antes en lo delicada que parecía. Le habían engañado las botas de tacón alto y esas uñas incendiarias pintadas de rojo, pero así dormida en el asiento parecía pequeña y vulnerable. Chess suspiró. ‘Mierda’, se dijo. Ahora iba a tener que ayudarla.



Malditas brujas.


∞·∞



En Nueva York, bien entrado ya el otoño, empezaba a hacer frío. Nana había dormido las ocho largas horas pasadas en el avión, y suponía que Chess se había echado también una siesta por la forma en que parpadeaba.



—Y bien, ¿a dónde vamos? —Le preguntó, más por mantenerse despierta que porque en ese momento le interesara.

—Podemos dejar la maleta en tu casa, si quieres. Y luego, tenemos varias opciones. Todo depende de si tienes o no ganas de conducir.

—¿Qué? ¿Para qué?

—Nos vamos a Florida, chérie. ¿No te lo dije?

—¡Claro que no! ¿A Florida? ¿Planeas tenerme dando tumbos por todo el país hasta que me aburra de ti y te convierta en un sapo?

Para su eterna frustración, Chess se echó a reír. Había algo diferente en él desde que se habían bajado del avión, pero Nana no sabía concretar qué era exactamente. Aunque parte de su poder había vuelto después de la siesta, necesitaría unos cuantos días, comer bien y dormir ocho horas nocturnas para volver a estar al máximo. Y la cabreaba mucho saber que se estaba perdiendo algo.

—Vamos, encanto, Florida. Playa, un poco de calor ahora que viene el frío. No está tan lejos.

—¿Que no está tan lejos? ¡Vamos a tener que coger un avión! ¿Cuánto dinero crees que tengo?

—Vamos, vamos, podemos ir en coche.

—No tengo coche.

—Bueno, yo sí. Deja de gritar, chérie. ¿No querías tu bola?

—Como no encontremos mi bola en Florida, voy a…

—Ah, pero será una experiencia maravillosa que algún día contarás a tus nietos.

Nana gruñó, dejando bien claro lo que opinaba sobre el tema. ¿Para qué demonios habían cogido un avión hasta Nueva York si iban a Florida? Por centésima vez, Nana se preguntó si el ladrón no estaría engañándola, pero el fino hilo del hechizo que le ataba a ella era sólido y sincero. Chess no podía engañarla, no de forma consciente.

—¿Qué demonios estamos haciendo entonces en Nueva York?

—¿Acaso me preguntaste, encanto, antes de comprar los billetes de avión?

—Aún estoy esperando un agradecimiento por pagar el tuyo.

—Qué menos que eso, si me obligas a acompañarte. Además, a partir de aquí el transporte lo pongo yo —y le guiñó un ojo mientras paraba un taxi y le abría la puerta con una floritura.

—Ya.



El coche era de un rojo tan intenso que casi brillaba. Tenía los cristales perfectamente limpios y unas llantas plateadas en forma de estrella. Nana no tenía ni la más remota idea sobre coches, pero aquel en concreto tenía que haber costado más dinero del que ella había tenido en toda su vida –y eso que las brujas estaban bien pagadas-. Ser ladrón debía ser un negocio rentable, si Chess podía permitirse tener ese coche.

El interior era más espacioso de lo que parecía desde fuera, y los asientos tan cómodos que Nana sintió relajarse la tensión en su interior mientras el ladrón arrancaba. Nunca le habían gustado los coches, a sus sentidos de bruja les alteraba la ligera vibración que sentía a su alrededor y, aunque jamás se lo había dicho a nadie, tenía un pánico absurdo a estrellarse.

Tres minutos después, con Chess al volante, Nana sintió que su pánico estaba justificado después de todo. La relajación de la bruja se fue al traste tras tomar la primera curva, y casi quiso gritar al ladrón que activase los controles de velocidad del coche. Chess conducía como un loco con prisas. Adelantaba casi sin mirar y hacía que el coche se escurriese entre los huecos más insospechados mientras zigzagueaba entre el tráfico.

Nana quería gritarle, pero tenía más miedo de distraerle que de que su conducción temeraria les hiciese tener un accidente. Incluso la ligerísima vibración del coche, que siempre la había molestado, dejó de importar mientras ligaba sus reservas de energía para poder actuar con rapidez ante cualquier emergencia.

Salieron de la ciudad sin incidentes, salvo que la tensión que se palpaba en el interior del coche contase como uno. Nana tenía los nudillos blancos de agarrar el borde del asiento, y no se relajó un poco hasta que llegaron a la autopista y vio a Chess pulsar los controles de velocidad y dirección.

—Y dime, querida Nana, ¿por qué es tan importante esa bola tuya?

—¡¿Qué por qué…?!— Se calló, y su siguiente palabra fue un gruñido. Tal vez no habría reaccionado tan mal si él condujese como un ser humano, pero en ese momento le habría encantado poder bajarse del coche y no verle nunca más—. Lo único que tiene que preocuparte es cómo vas a recuperarla. —Dijo, respirando hondo.

—Vamos, intento que nos conozcamos mejor. Ya sabes, ahora somos compañeros —se volvió, guiñándole un ojo. —Tenemos que…

—¡No quites la vista de la carretera!

Él se sobresaltó, y luego estalló en carcajadas.

—Vamos, ¿en serio? Los controles están activados. Además, podría conducir por esta carretera con los ojos cerrados y sin manos. —Dijo, mirándola y aun riéndose.

—Si quieres matarte, ¡hazlo cuando yo no vaya en el coche!

—Oh vamos, ¿de verdad? ¿Te dan miedo los coches? ¿A una bruja?

—¡Por supuesto que no, imbécil! —Antes muerta que reconocerle una debilidad, eso seguro; mucho menos después de la forma en que hizo que la palabra bruja sonase como un insulto.

—Llevas todo el viaje más tensa que una cuerda de guitarra, encanto.

—¡Si no condujeses como un jodido loco, no estaría tensa!

—Qué poca confianza —dijo, haciéndose el ofendido. Llevaba cuarenta segundos sin mirar hacia delante, y Nana no podía quitar los ojos de la extensión de carretera que se abría ante ellos.

—¡Que mires a la carretera!

—Vamos, chérie, es imposible estrellarse con los controles activados. —Puso una voz de lo más agradable, como si fuese una niña especialmente corta de entendederas—. Lo sabes, ¿no? Tecnología moderna. Si hay un obstáculo, el coche se para, encanto. ¿Ves? No hay peligro alguno. Y tampoco es que haya muchos coches a la vista contra los que podamos estrellarnos.

Chess sonrió, encantador en su seguridad. Luego, negó con la cabeza y volvió a reírse, mascullando algo en francés. Nana sintió cómo la ira sustituía el pánico. La energía que había recuperado en su siesta se hizo un remolino en su interior, y el dorado de sus ojos empezó a chispear.

Estaba a punto de hacer algo de lo que se habría arrepentido mucho –porque el gasto de energía la habría dejado inconsciente-. Casi fue una suerte que, en ese preciso instante, la rueda trasera del coche reventase con un estallido.

—¡Mierda!

Chess gritó e, incongruentemente, su primera reacción no fue frenar, sino mirar hacia atrás. El coche empezó a perder velocidad cuando el sistema detectó una emergencia, pero en ese momento Chess volvió a mirar al frente soltando una cantidad increíble de insultos en francés.

Y, contra toda lógica, el ladrón desactivó todos los controles con un movimiento apresurado, cogió con fuerza el volante y el cuentakilómetros de salpicadero se disparó. Nana quiso gritar, pero se había quedado muda. Al menos, hasta que el ladrón atravesó tres carriles sin mirar para coger una salida.

—¡Chess! ¡Frena, joder! ¡¿Qué demonios…?!

—¡Calla y agáchate!

Un impacto resonó en el maletero, y otro más hizo añicos el cristal trasero del coche, cuyo sonido la hizo gritar otra vez.

—¡Nos falta una rueda!

—¡Te he dicho que te agaches!

—¡Para que quieres que…!

El resto de la frase se perdió con el estallido de una de las ventanillas de atrás. Nana se giró, alarmada, y fue entonces cuando su cerebro asoció los golpes en la carrocería con el estruendo de las balas.

—¡¿Qué demonios?!

—¡Nana, joder!

—¿Nos están disparando? —preguntó la bruja, tan aturdida que se había olvidado de que doblaban la velocidad máxima permitida, conduciendo con una rueda pinchada mientras tomaban en el último segundo una salida de la autopista.

—¡No, nos tiran caramelos! ¡¿Quieres agacharte de una jodida vez?!

—¿Por qué nos…? ¡Chess!

El coche dobló a la derecha en el siguiente desvío con un giro tan brusco que Nana pensó que iban a matarse. Salieron de la carretera a toda velocidad, entrando en la calle principal del pueblo con el chirrido de las ruedas frenando y un giro demasiado cerrado. El precioso coche rojo, con dos ventanas ya destrozadas, derrapó y finalmente volcó.


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